Saturday, June 02, 2007

Lo que deteriora al proceso espiritual es la legitimación del ensueño.
Somos clandestinos felices y un articulo de cuaderno apremia contra el resquicio libertino que aprovechamos en nuestro banquete.
Esos hijos de puta atreven un Palermo Hollywood con los pequeños dulces de Buenos Aires, y en su premeditada prohibición encajan el alarde porteño como peligro social para su receta.
Dejen libres a los pibes, que su nariz no jode a nadie en este antro de mas profundas perdiciones.
Si van a votar a Macri, que no se note, chicos.
Guaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaachos... amolos.
No se dejen amedrentar por un uniforme tácito.
Abur.

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