Tuesday, March 18, 2008

Palabras para ella, desde esta puerta abierta.

Quisiera escribir con tinta que traspase tu piel, tu físico, tu entendimiento superficial y hasta tu facilismo espontáneo.
Quisiera tener una pluma capaz de tocar profundidades inexplicables, ahí donde se forjan las ideas, las reacciones, los dolores instantáneos, y poner en letras implacables el sentimiento que me invade cuando te veo intratable, sombría y hasta feroz.
Quisiera tener la verborragia necesaria, la paz idónea y el tacto mágico para que tu alma se abra a mis palabras no sólo de primera mano, sino en lo insondable de su significado. Y hacerte comprender que el cielo es todo tuyo si querés aprender a volar. Claro que no es sencillo despegar, ni llegar a esas alturas remotas, ni planear majestuosamente: todo conlleva la carga asfixiante del esfuerzo. La vida es un vía crucis tras otro.
Pero quisiera igual que comprendas todo lo bello que te adorna, y todo lo que podés adornar. Que tus penas sean menos injustas con vos, y más dóciles con los demás. Que las lluvias no te ahoguen, que los vientos no te arranquen las raíces más hermosas que forjaste con el sueño de tu amor.
Me encantaría poder ser el poeta indicado que te muestre el costado fascinante de tu existencia, y a partir de eso se te abran los cielos. Quizás hasta ser el entrenador de tus alas.
Porque el sol está hecho para brillar, las aves para volar, los sueños para flotar.
Y vos sos el sol, las aves y los sueños.

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