Sunday, March 23, 2008

De los que caminan sin corazón.

Gente que se dedica a destruir sueños y sobre sus ruinas construye grises molinos de concreto que torean lo eterno como si realmente pudieran hacerle frente.
Una vez más y para siempre, la batalla es contra nosotros mismos en primer lugar, y contra los maquinistas en general. Si ellos mismos manejan los trenes, mejor ir caminando, porque los rieles no son de llevar a lugares que alojan verdades puras ni colores reveladores.
Esos caminos hechos, cómodamente señalizados, están para tentar a los espíritus ávidos de facilidad, que van a parar a los avisperos predeterminados.
Ni la vida se cambia a control remoto ni los sentimientos se piden a un delivery.
La publicidad ofrece lo que el Tío prefiere vender.
La garantía sólo garantiza insatisfacción.
La seguridad sólo asegura miedo del lado de adentro de las paredes, y una ceguera tan fácil de moldear como plastilina tibia.
La televisión te televicia.
Los modelos te modelan de afuera y de adentro, con bellezas tan endebles como la de una flor enjarronada.
Y el terrorismo no es tan terrorífico cuando los aterrorizados son los representantes del terror de la mayoría.

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