Desde la paz.

Tenemos que proteger al espíritu
(si de voracidades hablamos)
porque sus propias ansias
nos vician el aprendizaje.

En mar gruesa
en aguas turbias
los pescadores
vuelven con redes
vacías de ideas.

No debemos cambiarnos los roles con nuestra sombra.

Cuando nos toque reventar y renacer, no escupiremos la pólvora.
Pero ser autoterroristas es la más corta ruta al vacío.
No le des fuego a las cenizas, dale cenizas a la tierra.

"Y cuando se toca lo sublime, quedan sólo dos caminos: o morir de sublimidad o caer en la Vida Ordinaria."

L.M.

Ama, ama, ama, y ensancha el alma.

Quisiera que mi voz fuera tan fuerte
que a veces retumbara en las montañas
y escuchara la mente social adormecida
las palabras de amor de mi garganta.

Abrid los brazos, la mente y repartiros
que sólo os enseñaron el odio y la avaricia
yo quiero que todos, como hermanos
repartamos amores, lágrimas y sonrisas.

De pequeño me impusieron las costumbres
me educaron para hombre adinerado
pero ahora prefiero ser un indio
que un importante abogado.

Hay que dejar el camino social alquitranado
porque en él se nos queda pegada la pezuña.
Hay que volar libre, al sol y al viento
repartiendo el amor que tengas dentro.


Ama.
Y ensancha el alma.

Las maravillas furtivas.

Picotear y curtir no es lo mismo.
Hay secretos que sólo se revelan ante el hábito y su consecuente confianza.
En una relación casual rara vez te encontrarás con los pequeños misterios que hacen a la delicia de ser, porque tu enfoque se distraerá en superfluas grandilocuencias.
Así que si lo que querés es rescatar granos de brillantina, pétalos libertarios y tréboles de cuatro hojas, vas a tener que dedicar tu reloj y tus sentidos.