Wednesday, December 19, 2007

Si hay batalla, batallar.

Los fuegos no se encienden solos.
Los solos no se juntan por azar.
Si tus sombras invaden lo que sos, proponete ser algo que pueda gambetearlas.
Los desencuentros en uno mismo no se solucionan con el cansancio de las agujas. Hay que concertar citas para ello.
El sol no va a entrar a buscarte por la ranura de la cerradura.
Tu cielo empieza donde pongas vos el primer ladrillo celeste.
El mal sabe sobornar a las conciencias con muchas comodidades, pero sus trucos de confort no deben obnubilarte. Es que en esos sillones para el espíritu sólo encontrarás disfraces esporádicos que te camuflen ante vos mismo.

Sunday, December 09, 2007

Es sencillo sobrevolar las distancias con la imaginación cuando uno tiene el confort de elegir ese espacio que separa los puntos.
Seguro para el ave que planea es dulce hablar del vuelo, mientras que quien a duras penas puede pegar un salto sufrirá en sus ansias de imposibles alas.
Con un paraíso todo terreno, cualquiera extraña suavemente, pero habría que preguntarle al espíritu enquistado en el asfalto si no le pasa como una lija en los sentidos (y en los latidos) el absurdo motivo que desespera su soledad.
Las sombras sorprenden, y le quitan brillo a la luz que sonríe de lejos contándote cuán bien se está donde se está, lástima que... bueno, no se puede iluminar a todos ¿no?
Qué sencillo es todo cuando estás leyendo el cuento que vos mismo te quisiste escribir.

Saturday, December 01, 2007

Desolación.

En esta ausencia soy testigo de mí mismo en un huracán de cristales desangrados.
Los plásticos mordidos, un pedazo de diente, vidrio que acompaña... todo es la excusa para no ahogarnos en un mar de sombras.
Pero las sombras no sólo son mar: también llueven, o salen de la canilla, o se respiran en el aire.
Y el alma no descansa por más sueño que tenga.
Las resacas renacen constantemente, y no por embrujos, nomás por soledades.
Las pesadillas se encarnan, las ilusiones chorrean sinsentidos.
El amanecer es otra razón para sufrir (y eso es muy duro de sentir para alguien que adora al sol).
Pero, de todo en todo, resulta una confirmación: aquel no estaba tan equivocado cuando nos recomendaba aprender a vivir solos.