Monday, April 25, 2005

Hoguera.

Vuelo, y la fiebre
vuela conmigo
nadie entiende esta locura
nadie entiende este delirio.

No aterrizo que hago ruido
por eso es que calzo nubes
y nada le ofrece asilo
a un alma que sube y sube.

¡Vamos! que arden las alas
se están quemando las naves
y yo buscando unas llaves
revolcándome en las llamas.

Monday, April 11, 2005

Ojos que ven demás...

El fisgón en rol vigía,
abandona su reparo
dejando en el desamparo
tu intimidad y la mía.

Porque abusa del poder
de su mirada suprema
y hasta la lógica quema
para poder acceder

a esa ventana privada
a esa voz casi furtiva
que pulula en su guarida
y aun así es vigilada

por un hermano gigante
que ha perdido la mesura,
la justicia, la cordura,
todo el blanco de su guante.

Sunday, April 10, 2005

Revolviendo el desván.

Mi espalda, un colador de puñaladas que me asestó la noche, con su vino caliente, su cerveza fría y la maldición de un fijo punto en mi cabeza del que mis ojos no pueden salir.
Te recorro, ciudad, y de tus baldosas y asfalto me voy llevando pequeños estribillos que se repiten constantemente en mi memoria y me atacan con furia, veloces como un croupier, y arañan mis sentidos, atorándome en mi propio movimiento.
Los segundos que se hacen minutos que se hacen horas, abren de a poco un baul cubierto de polvo y lleno de pequeñas enormes tristezas, pensamientos como fosas, preguntas invencibles, etc.
La noche, que ya se hizo gigante y despiadada, me da una biaba de película. Se reconforta con mi descenso lento pero desgarrador, y esboza una leve sonrisa sardónica. Ya no me toca, sólo deja que la secuencia se mueva por inercia, como una bola barranca abajo.
Y, claro que sí, termino en lo más profundo del precipicio, con mi cara llena de charcos, y mi piel que es carne al viento.
Sopló fuerte este huracán.